A menudo, las familias que acompaño vienen con una misma demanda, intervenir con el niño, niña y adolescente para resolver las situaciones que están ocurriendo en el hogar.
Empezamos con un: “Él sabe lo que tiene que hacer y no lo hace”, “Ella pasa de todo y de todos”, “No se puede hablar con él, no hace caso”. Cuando exploramos lo que ocurre, nos encontramos padres agotados, responsabilizando a un solo miembro sobre las dificultades en casa, en concreto a un menor que se siente culpable de todo el malestar, incluso dice: “Si yo sé que el culpable de todo soy yo, cuando yo cambie mis padres estarán tranquilos”.
Me resulta complejo sentir que un niño/a y un adolescente asuma la responsabilidad total de toda la dinámica familiar. Esto genera una imagen de valoración negativa y un sentimiento de culpa en el niño/a. En la familia se origina, a su vez, un sentimiento de incontrolabilidad e indefensión, la sensación de no poder hacer nada hasta que su hijo/a ya que el responsable es el hijo/a.
Necesitamos un cambio de mirada, la familia se crea por unidades individuales donde todos y cada uno de ellos aportan en esta situación. El niño/a, el hermano/a y los padres de manera individual. Nos centramos en: “El todo es más que la suma de sus partes”.
Si yo como padre me responsabilizo sobre mis acciones y me centro en lo que puedo hacer para enseñar a mi hijo, las dinámicas familiares se van modificando. Si yo como padre/madre cambio mi postura en la que le doy toda y la única responsabilidad del sufrimiento a mi hijo y observo que yo, como adulto, asumo mi responsabilidad para aportar mi granito de arena al conflicto, y así aumentar la capacidad de control de la situación.
Devolvamos la infancia a nuestros niños, cambiemos la mirada y nuestras interpretaciones para entender que son niños y/o adolescentes. Los niños necesitan aprender y los padres necesitan a su vez aprender a educar. Todo en la vida es aprendizaje. Si nos posicionamos en una postura proactiva al cambio, observaremos como la dinámica familiar en sí misma puede modificarse. Si cambiamos nuestro discurso centrado en “Tú eres el culpable de esta situación de malestar” a “Gracias a esta situación podemos aprender una nueva manera de hacer las cosas” construyendo una oportunidad para seguir creciendo, seguir aprendiendo como queremos cuidar y manejar dentro de nuestra unidad familia.
En tu maternidad/ paternidad es importante:
- Analizar nuestra responsabilidad como padres para que nuestros hijos aprendan a responsabilizarse como niños.
- Observar las situaciones familiares que generan malestar como una oportunidad para el cambio.
- Crear nuevas realidades de manera individual para co-crear una nueva realidad en la unidad familiar.
- “El todo es más que la suma de sus partes”