Después de tanto tiempo de desconcierto, incertidumbre, angustia de estar viviendo esta especie de distopía que nos ha traído la enfermedad del COVID, toca parar y hacer balance de pérdidas e inventario de las cosas que nos quedan y que no se ha llevado la pandemia. Aunque no se sabe el final, que no llega, de esta situación y de las consecuencias últimas de tanto cambio, debemos pararnos y ver en qué situación estamos y a qué nos podemos atener en el presente del día a día.
Aunque esto no haya acabado aún, hasta los soldados que estuvieran en un frente de guerra, tienen derecho a retirarse un tiempo y reestablecerse de las heridas para luego volver al campo de batalla. Desde esta perspectiva abordo muchas situaciones que se presentan en la consulta. Muchas personas aún no son conscientes que, igual que heridas se tratasen, acuden a consulta con síntomas como resultado de vivir unos dos años aproximadamente bajo un cambio radical en nuestras condiciones de vida. Bajo frases como “ya estoy acostumbrado a la mascarilla” parece que vamos adaptándonos y negando las consecuencias de esta tan disparatada época que nos está tocando vivir.
Al lado de personas sanas que identifican síntomas como la ansiedad, el abatimiento, la angustia, etc., hay mucha gente que ni siquiera ha salido del estado de confusión al que nos somete las circunstancias que acompañan al COVID y sus consecuencias psicosociales.
Por eso afirmo que, aunque no haya llegado el final, toca pararnos, hacer balance y ver qué nos queda y qué tenemos que hacer para recuperar aquello que da sentido a nuestra vida. Desde los amigos que están apartados a las relaciones familiares importantes, pasando por el tiempo de ocio y entretenimiento. Ya nada es igual y esto requiere un esfuerzo activo y una adaptación, pues no podemos prescindir de aquellas cosas que dan sentido a nuestro día a día.
Y digo esfuerzo porque requiere de una actitud activa, de reflexión y toma de decisiones cara a recuperar en lo posible lo que antes, durante y siempre son los pilares del sentido de nuestra existencia.