¿ESTÁ EN CRISIS EL CUIDADO?

Y llegó julio, ¡por fin! Hora de desconectar, de descansar y de cuidarse. Este año (laboral) ha sido especialmente agotador, y a la hora de ir cerrándolo no puedo evitar recordar frases y reflexiones escuchadas a lo largo de él:

“Qué cansada estoy”, me dice una profesora, “este año se me ha hecho eterno y llego agotada como nunca al final del curso; necesito que lleguen las vacaciones ya para descansar y cuidarme”.

“Fuerte catarro que tienes; ¿no deberías quedarte en casa y cuidarte?” le pregunto a un amigo. “No me lo puedo permitir: soy autónomo”, me responde a modo de chiste y con cara de resignación.

“A mí no me cuida nada, pero: ¡vieras cómo tiene su coche nuevo!”, le dice en tono sarcástico una señora a su amiga en la guagua, hablando de su marido.

“La conciliación en este país es una mentira: es imposible compatibilizar la carga laboral con un cuidado amoroso, paciente, consecuente, estructurante…de los/as hijos/as”, dice muy acalorada una paciente en terapia.

“No sé como se supone que vamos a cuidar el planeta, si en el supermercado todo viene envasado en plástico”, oigo comentar a un matrimonio en el supermercado.

“Tengo que aflojar”, dice un colega de profesión, “este año mi cuerpo ya me ha dado un aviso serio, así que tengo bajar el ritmo y reducir la carga laboral; ¡tengo que cuidarme!”.

Una madre comparte sus sentimientos en consulta: “Llego exhausta a casa y no tengo paciencia ni energía para ponerme con los deberes de los niños, con sus rabietas y peleas…ni siquiera para leerles un cuento antes de acostarse: ¿cómo voy a cuidarlos si no tengo ni un minuto para cuidarme yo?”

Una amiga me dice: “Lo hago con gusto y no podría hacerlo de otra manera, pero se me está yendo la vida cuidando de mi padre”.

Dos compañeras me confiesan a lo largo de este curso: “Ana, que sepas que ya no voy a atender más niños en consulta; te lo digo para que no me derives casos.” Y como explicación: “es que me quita demasiada energía.”

“Mi madre me cuida a mis hijos en Colombia para que yo haya podido venir a cuidar niños aquí en España” cuenta una mujer muy triste.

Una pareja llega a consulta y comenta: “venimos porque tenemos muchos conflictos, estamos todo el día peleando y nuestra relación está al borde de la ruptura”, y uno de ellos confiesa: “es que ya no nos cuidamos el uno al otro”.

Sentada en la sala de espera de mi centro de salud leo en un cartel: “Cuida y respeta a quien te cuida”.

“Porque su novia es de aquí, que si no mi hijo se iría a trabajar como médico al extranjero: el desgaste de ser sanitario en este país no compensa”, cuenta una amiga durante una cena.

“Estoy con problemas de espalda por tantas horas sentada delante del ordenador; necesito ir al fisio y cuidarme, o dentro de unos años no voy a poder ni caminar”, escucho cada vez más a menudo.

Y me pregunto: ¿qué está pasando con los cuidados? ¿cómo nos estamos cuidando y cómo estamos cuidando de los demás? …y, ¿qué nos dicen o cómo nos enseña la sociedad actual a cuidar y cuidarnos?

Revisemos los mensajes, consejos, ideas… más comunes que solemos escuchar al respecto:

  • Aguanta y piensa en las próximas vacaciones/festivo/puente (vete reservando ya tu vuelo, tu hotel…que se agota todo y suben los precios, para ello utiliza la mejor plataforma de búsqueda de viajes);
  • practica meditación/respiración/mindfulness; piensa en positivo y lee más libros de autoayuda;
  • cambia tu alimentación y esos hábitos sedentarios;
  • cómprale una Tablet, un móvil… a tu hijo/a, para que se entretenga y te deje descansar un poco o cenar tranquilo/a en el restaurante;
  • si no puedes tú solo/a: vete a terapia (pero págatela tú, porque la seguridad social no cuenta con suficientes psicólogos/as y solo te pueden atender una vez cada tres meses);
  • hazte masajes semanales y vete a reeducación postural (pero págate tú el fisioterapeuta u osteópata, porque en la seguridad social hay muy pocos o no hay)
  • pídele a tu médico de cabecera medicación (ansiolíticos, antidepresivos…) para soportar todo esto;
  • si no puedes pagar a una niñera; pregunta a tus padres si te pueden cuidar a los niños para que puedas cuidarte, distraerte… un poco;
  • cómprate unos labios o unos pechos nuevos, opérate la nariz, sométete a lo último en tratamientos adelgazantes… porque cuidarse es vivir sin complejos;
  • contrata y paga el mejor seguro de salud (ya decíamos que la Seguridad Social funciona muy mal), de deceso, de hogar, de coche…tal vez un arma (como en EEUU) o lo último en sistemas de alarma antirrobo (hay que cuidar el hogar de los ladrones y los ocupas)
  • paga un colegio privado o concertado para tu hijo/a, porque la educación pública en España, salvo excepciones, no es de calidad;
  • adquiere el último modelo de pantalón, bolso, coche, móvil, ordenador, televisor…cuidarse es mimarse, darse un gusto y eso significa tener lo mejor en moda, tecnología, seguridad…;
  • en definitiva: COMPRA, CONSUME, ¡PAGA!

Si analizamos estos consejos vemos, por una parte, que lo que entendemos por cuidarse hoy en día parece llevar implícito el consumir, comprar, pagar… y por la otra, da la sensación de que toda la responsabilidad del cuidado recae únicamente en el individuo, como si como sociedad o sistema no tuviésemos responsabilidad en ello. Pero bueno, mi padre decía: “si con agüita se va curando, agüita le vamos dando”, así que analicemos los efectos que tienen estos consejos o soluciones en nosotros/as como individuos y como sociedad:

  • “Los niños aumentaron un 76% su uso de las redes sociales durante 2020. El tiempo de consumo medio de Internet por parte de niños/as entre 11 y 18 años en Canarias es de 5 horas diarias…las nuevas tecnologías afectan al desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños.” En: Saposyprincesas.el mundo.es. Psicología infantil. Febrero 2023.
  • “Los investigadores reconocen que el uso excesivo de la tecnología digital puede contribuir a la depresión y a la ansiedad infantil.” En: Unicef. Estado mundial de la infancia 2017. Niños en un mundo digital.
  • Adicción a las nuevas tecnologías en los niños. El mal uso y abuso de las tecnologías puede llegar a suponer un serio problema en determinados casos”. En: Revista de la Asociación Española de Pediatría. Julio 2019…
  • "Los 'nativos digitales' son los primeros niños con un coeficiente intelectual más bajo que sus padres" https://www.bbc.com/mundo/noticias-54554333
  • “Si no cuidamos de los cuidadores, no tendremos un enfermo, sino dos” - Pedro Simón
  • “El consumo de psicofármacos está disparado en España. La Comunidad de Madrid es la que menos invierte en sanidad por habitante y de las que más gasta en ansiolíticos y antidepresivos.” Eduardo Costas | Catedrático de la UCM y Académico de Farmacia. Madrid 24 ABR 2024. Levante, el Mercantil Valenciano. 15 oct 2023  
  • “España está entre los países con mayor consumo de psicofármacos tras el aumento de patologías de la COVID.” En: cadenaser.com. 15.10.2023
  • El 'síndrome del abuelo esclavo', la obligación moral de cuidar a los nietos. Marina Tadeo Altolaguirre. El independiente 26 / 12 / 22
  • “Aunque el gasto público en Educación haya aumentado en los últimos años; los últimos datos de inversión en educación de Eurostat por parte de los gobiernos centrales de los países de la Unión Europea reflejan que España está por debajo de la media comunitaria.” En: newtral.es/inversión-educacion-espana
  • “El mercado de ayudas para adelgazar es altamente competitivo, sensible a los precios y está en crecimiento, debido a una mayor adopción por parte de los actores del mercado más pequeños y medianos.” Source: https://www.mordorintelligence.com/es/industry-reports/global-slimming-aids-market-industry
  • “Médicos y nutricionistas alertan de los productos milagrosos para adelgazar. La muerte de una mujer en Badajoz por consumo de ácido lipoico trae a la actualidad una moda que cada verano se repite. El consumo excesivo y sin control de quemagrasas o diuréticos es peligroso.” https://www.telemadrid.es/programas/telenoticias-1/riesgos-consumo-productos-milagrosos-adelgazar-2-2143005714--20190724042107.html
  • “Las cirugías estéticas aumentaron un 215% en ocho años sin que se evalúe la salud mental de los pacientes. Los especialistas piden que se hagan revisiones psicológicas antes de las intervenciones, algo que ahora no sucede.” https://elpais.com/salud-y-bienestar/2023-10-11/las-cirugias-esteticas-aumentaron-un-215-en-ocho-anos-sin-que-se-evalue-la-salud-mental-de-los-pacientes.html#
  • “La cirugía estética se dispara un 200% en España en una década y "seguirá creciendo. En el año 2021 el número total de intervenciones de cirugía estética en España ascendió a 204.510. Lo que significa que, en sólo ocho años, desde 2013, se produjo un aumento del 215%”.12 sept 2023
  • En: Factores y riesgos psicosociales, formas, consecuencias, medidas y buenas prácticas Bernardo Moreno Jiménez (Catedrático UAM) Carmen Báez León (Investigadora UAM) https://www.insst.es/documents/94886/96076/Factores+y+riesgos+psicosociales%2C+formas%2C+consecuencias%2C+medidas+y+buenas+pr%C3%A1cticas/c4cde3ce-a4b6-45e9-9907-cb4d693c19cf
    • “… resultan preocupantes las cifras de estrés laboral en la población laboral como las que aparecen en la Encuesta de Calidad de Vida Laboral en España del 2007 en las que más del 50% de los trabajadores presentan niveles medios o altos de estrés.” (http://www.mtin.es/estadisticas/ecvt/welcome.htm).
    • Adriannse, Van Reek, Zandbelt, Evers (1991) encontraron que “el uso excesivo del tabaco en profesional de enfermería estaba asociado al estrés, a la falta de apoyo social y a la falta de cumplimiento de las expectativas laborales”
    • “… el riesgo de trastornos de ánimo, trastornos generales de ansiedad, obsesiones y fobias, y fatiga generalizada se asocia a factores psicosociales de riesgo como la sobrecarga laboral, la falta de autonomía, la falta recompensa adecuada” (de Jonge, Bosma, Meter y Siegrist 2000)
    • “Los trabajadores autónomos, aunque disfrutan de un mayor control sobre su horario de trabajo y autonomía, presentan mayores niveles de dolores de cabeza, dolor muscular, dolor de espalda y estrés. Sin embargo, presentan menor absentismo por causa de baja por enfermedad” (Benach, Gimeno y Benavides, 2002).
    • “Un estudio muy reciente analiza la relación entre inseguridad contractual y problemas de salud en 16 países europeos, encontrando en general una asociación entre ambas.” (Laszlo et al., 2010)
    • “El conflicto trabajo-familia parece relacionarse con baja satisfacción familiar y profesional, bajos niveles de compromiso con la organización, mayor hostilidad en casa y consecuencias físicas y psicológicas, como hipertensión, depresión y síntomas somáticos” (Kossek y Ozeki, 1998; Mesmer-Magnus y Viswesvaran, 2005) (Frone, Rusell y Cooper, 1997) (Major, Klein, y Ehrhart, 2002).
    • También se ha asociado el conflicto trabajo-familia con el abuso de sustancias” (Eby et al. 2005).

Pues por lo que se ve, no parece que los mensajes y consejos que recibimos actualmente sobre el cuidado sean a la larga soluciones efectivas: nuestra salud, tanto mental como física, nuestra satisfacción en general…, no parecen que estar mejorando. 

Explicaciones para ello puede haber muchas. Una tal vez esté en que tratar de reemplazar los cuidados humanos y afectivos por cuidados materiales, no sea la solución. Otra puede ser que, a pesar de que muchos hombres actualmente están asumiendo roles de cuidado, el vacío dejado por la incorporación de la mujer (que, durante siglos, ha asumido de manera gratuita esta función) al mercado laboral remunerado, no ha sido cubierto de manera efectiva. Es como si hubiese quedado un vacío en las funciones de cuidado, que como sociedad no hayamos sabido cubrir.

Es en momentos de crisis y vulnerabilidad cuando esta reflexión y cuestionamiento trasciende de la intimidad del hogar para ponerse en el foco del debate social. Un ejemplo fue el confinamiento, cuando salíamos a aplaudir a nuestros sanitarios para agradecerles por el enorme esfuerzo que realizaron, por todo lo que tuvieron que vivir, asumir y afrontar durante esa crisis y por ser quienes nos cuidaban. La pregunta es qué pasó después: ¿habrán recibido algún tipo de reparación por el daño e impacto que tuvo la pandemia en su salud mental; o, más allá del reconocimiento a partir de los aplausos, no hubo reparación en base a esa idea de que quienes cuidan (sanitarios, profesores, padres, madres, abuelos…) no necesitan ser cuidados (lo hacen por vocación), y si lo necesitan; que cada cual a nivel individual lo asuma como pueda?

Termino con una invitación a la reflexión: ¿podemos asumir el coste (emocional, físico, social, familiar, económico, físico...) que supone la falta de cuidados? ¿compensa en nuestra sociedad dedicarse al cuidado? ¿será que necesitamos un plan de cuidados válido para este momento histórico en el que aspiramos a que las tareas y funciones ni estén determinadas por roles y constructos impuestos; ni se den por sentadas en base a conceptos como vocación, sacrificio y renuncia; ni se basen únicamente en lo material?;

y dando las gracias por tantas personas que, a pesar de las dificultades que se han descrito aquí; eligen cuidar, cuidarse y cuidarnos día a día desde el cariño, la ternura y la humanidad.

“Con demasiada frecuencia subestimamos el poder de una caricia, una sonrisa, una palabra amable, un oído atento, un cumplido honesto o el más mínimo acto de cuidado, todos los cuales tienen el potencial de cambiar la vida.” Leo Buscaglia

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