En una relación en la que te sientas seguro/a, puedes confiar, expresar tu vulnerabilidad y llegar a ser plenamente lo que tú eres.
Tanto tus logros como tus fracasos serán igual de aceptados y sin juicios.
No existen emociones ni mejores ni peores, ni buenas ni malas, ni positivas ni negativas, ni bonitas ni feas, simplemente existe el “permiso” de poder sentirlas y expresarlas cuando tú quieras, al ritmo y tiempo que tú necesites.
La tolerancia, la comprensión, la escucha, la compasión, el estar presente con todos los sentidos son el abono necesario para crear este clima de confianza.
Es a través de las relaciones de seguridad y confianza donde podemos apoyarnos los seres humanos para nutrirnos, crecer y al mismo tiempo sanar.
El equilibrio y la congruencia entre lo que pienso, siento y hago resulta fundamental para este crecimiento y para alcanzar la plenitud de una buena salud física y mental.
Mis pensamientos con creencias limitantes, un trabajo, o una relación no satisfactorios y abusivos, un hacer por hacer compulsivo, que ni pienso ni siento ni quiero seguir haciendo son circunstancias que me pueden llevar lentamente a enfermar.
El tomar conciencia de mis pensamientos, emociones, y acciones es un proceso hacia la sanación.
Y es precisamente en terapia con “un otro” donde puedo reparar estos desequilibrios o incongruencias, donde puedo construir un nuevo modelo de relación más sana conmigo mismo/a y con los demás, donde puedo conectar con lo que verdaderamente soy y necesito, donde puedo encontrar mi autosostén que me sirva en futuros momentos de dificultad, donde puedo tener muchos “darme cuenta “de lo que está pasando en mi vida actual y de mis “asuntos no resueltos “, donde puedo sentirme acompañado/a en ese dolor que no me atrevo a confesar y del que aún no me he podido aliviar, donde en una palabra tenga un espacio digno y con el máximo respeto para expandirme como el ser humano que soy.
Sentirte escuchado/a, acompañado/a, entendido/a, respetada/o, tenida/o en cuenta, sea el problema, la dificultad o la enfermedad que tengas, es lo que puede hacer que des ese paso de permitirte compartir y poder llegar a SER QUIEN REALMENTE QUIERES SER en este espacio de terapia que tú te mereces.