”El placer de navegar en nuestra vida. Fluidez y movimiento, donde estamos...hacia dónde queremos ir…”
Los días soleados y las tardes largas nos invitan a disfrutar de actividades al aire libre, disfrutar de la calle…
Nos encontramos con personas conocidas y desconocidas, bulliciosas, activas y receptivas; encontramos el hueco para quedar en una terraza, irnos a la playa, estar más tiempo con nuestros/as hijos/as en el parque y/o realizando actividades lúdicas que habíamos dejado a un lado porque el tiempo no nos acompañaba o porque había otras cosas que hacer…
Muchas veces pasamos de una vida cotidiana guiada por lo que tengo que hacer y por la tendencia a actividades y encuentros planificados en espacios cerrados a dejar espacio a la espontaneidad, la fluidez (vamos haciendo según va surgiendo) y a los espacios abiertos donde el disfrute del lugar y el encuentro con las personas es lo principal, más que realizar esta u otra actividad.
Es decir, en nuestra vida, a veces, lo importante es hacer algo, con o sin nuestros seres queridos, dentro de un tiempo determinado y/o planificado. Otras veces toma importancia lo espontaneo y el encuentro en sí mismo con las personas y lo que se da, desde el disfrute como principal objetivo.
La realidad es que tenemos compromisos y responsabilidades que hemos adquirido y que nos permiten sostenernos en la vida como el trabajo, el cuidado de nuestros/as hijos/as, el mantenimiento de la casa, …
Por otro lado, la vida en si misma está en movimiento...Nosotros organizamos y las cosas salen como salen, no todo lo podemos ajustar a nuestros planes. Estar vivos significa estar en movimiento...Nos movemos de un lugar a otro, nuestros/as hijos/as crecen y con ello se modifican sus necesidades, sus gustos y necesitamos transformarnos para acompañarlos en ese proceso, nosotras mismas evolucionamos como personas, no todos los días nos sentimos igual, …
Les planteo aterrizar en este movimiento que a veces se dibuja en nuestras vidas y en las de nuestras familias que va desde la rigidez a la flexibilidad en el hacer y en el estar. Pararnos cuando lo necesitemos y/o cuando podamos y queramos…sentirnos y reflexionar para tratar de encontrar el mejor modo posible dadas las circunstancias en ese momento en el que estamos.
¿Estoy en la estructura y/o planificación diaria? ¿Cómo me siento con ello? ¿Para qué me sirve?
¿Tiendo a organizarlo todo y termino ahogado/a?
¿Qué hay de espontaneidad y disfrute en ello?
¿Qué necesito en este momento?
¿Voy haciendo según van surgiendo los asuntos?
¿Cómo me siento con esto? ¿ A veces siento que estoy en el aire o que la vida se me va?
¿Cuál es mi necesidad en este momento?
¿Qué me piden las circunstancias?
¿Qué espacio tengo entre las circunstancias y mis necesidades?
¿La estructura me la impongo y/o me las pone la vida? ¿en qué medida?
Cada día vamos construyendo nuestra vida, nos sirve conocernos un poco más para ir redefiniendo donde, como y hacia dónde queremos ir...Aceptando que una parte la ponemos nosotras y otra no... ¿Qué quiero hacer con mi parte?
Hay veces que las circunstancias nos superan y sentimos que nosotros mismos y nuestro entorno cercano no nos puede ayudar. En ese momento, sería conveniente plantearse si consultar a un especialista de la psicología y psicoterapia.