¿Cómo decidir cuando tengo opiniones contradictorias sobre un asunto concreto?

La mayoría hemos transitado por un asunto en nuestra vida en el que tenemos que tomar una decisión importante cuando nos encontrarnos en una encrucijada entre 2 puntos de vista opuestos: “odio mi trabajo actual, pero necesito el dinero, no sé qué hacer, ¿sigo o lo dejo?”. El no tener claridad a la hora de tomar esa decisión puede condicionar un estancamiento en el punto de encrucijada que nos dificulta el seguir fluyendo en la vida y que nos consume mucha energía día tras día, energía que podríamos utilizar para otras cuestiones.

En estas situaciones, la terapia Gestalt propone varias técnicas que nos pueden ayudar a desatascarnos y decidir el camino por el que transitar. De entre ellas, mi técnica favorita se denomina la silla vacía: consiste en colocar 2 sillas y pedirle al paciente que represente ese diálogo interno en el exterior. El paciente elegirá una silla en la que argumentará uno de los puntos de vista, para luego escuchar los argumentos desde la otra silla, en la que, tras escuchar, podrá replicar y argumentar el otro punto de vista. A medida que avanza la representación se le pregunta al paciente cómo se siente con respecto a ambas posiciones. Esta técnica permite al paciente experimentar ambas posturas y avanzar en un camino de negociación hasta tomar una decisión guiada por sus propias sensaciones corporales.

En ocasiones es necesario una tercera silla, en la que el paciente pueda salirse de la representación y observar lo que está sucediendo desde una posición más neutral, que se denomina asistente interior, desde ahí, el paciente puede ir elaborando e integrando sus propias vivencias y acercar posturas, lo que viene a ser una exteriorización de la negociación interna.

En esta experiencia, es el propio paciente el que toma sus decisiones, condicionado por sus propios argumentos y sensaciones que le llevan a algún darse cuenta, es decir, a través del experimento el paciente desde su propia vivencia puede hacerse consciente de información que estaba oculta en el inconsciente, y que le facilita la toma de decisiones. No hay señalamiento de dirección por parte del terapeuta, por lo que el paciente es el protagonista de su propio cambio, lo que suele generar una potente sensación de empoderamiento.

Desde el punto de vista de la psiquiatría, esta técnica puede ayudar a pacientes con sintomatología disociativa que no aceptan partes del sí mismo, partes rechazadas o partes ciegas y ocultas que todavía no han sido vistas. La forma de aplicación de la técnica sería similar, de forma que el paciente sentaría en las sillas a partes diferentes de sí mismo y se utilizaría la técnica como una mesa de negociación que facilite la asimilación e integración de la parte rechazada, lo que lleva al paciente a una recuperación de energía y a un yo más integrado y funcional.