¿A que nos referimos cuando hablamos de cuidarnos y comprometernos en la relación de pareja? es evidente que cada uno/a tendrá y le dará su propio significado en función de sus necesidades más allá de lo que recoge el diccionario de la lengua española que define cuidar como: asistir, guardar, conservar y compromiso como: obligación contraída, acuerdo pactado entre distintas partes.
Si el cuidar fuera una manzana y el compromiso fuera un pomelo e hiciéramos un batido con ambos el resultado sería que cuidar y comprometernos en la pareja una vez hayamos hecho el batido, no lo podemos separar. Para cuidar es necesario comprometernos y si nos comprometemos no podemos dejar de cuidar, ambos son elementos fundamentales para mantener una relación saludable. En el comienzo de una relación, en la fase del enamoramiento, vemos en el otro, sus dones, sus talentos, su belleza, pero inevitablemente el enamoramiento se va transformando y ¿qué nos queda? El compromiso que es lo que ayuda a fortalecer el vínculo y en el que dos personas, unidas por la sexualidad, el amor y el reconocimiento de ambos deciden compartir un proyecto común de vida basado, en el apoyo mutuo, confianza, respeto y dedicación, sí, dedicación, la pareja necesita dedicación, necesita cuidado, necesita compartir si quieren fortalecer el vínculo y esto no significa que el vínculo solo se fortalece cuando sucede cosas buenas, no, el vínculo también se fortalece cuando las circunstancias y momentos se tornan negativas y difíciles, es ahí, cuando la pareja si resuelven lo sucedido se sentirán más unidas. Pero, ahora vamos añadir otra fruta a este batido, les dejo que hagan uso de la imaginación y elijan la fruta que quieran, eso sí, esta fruta será la que aporte el equilibrio entre el dar y el recibir. La vida en pareja se enriquece dando y recibiendo por ambas partes, si solo un miembro de la pareja da o solo recibe, la pareja está amenazada porque corre el riesgo de perder el equilibrio entre el dar y recibir y va produciendo un desgaste en la relación que de no darse cuenta a tiempo acabaran dañando la relación para posteriormente acabar en ruptura.
El compromiso se logra con la confianza en el otro, con la certeza de que, aun respetando la individualidad de cada uno, ambos tienen el deseo de llegar al mismo destino, aunque vayan a ritmos diferentes. Si usáramos una metáfora sería como si cada miembro de la pareja fuera en un vagón diferente del tren, pero ambos tienen claro que se bajaran en el mismo destino, ello implica cuidado de la pareja, permitirle crecer como persona, desarrollarse y además acompañarse en este proceso.
¿Cómo podemos gestionar el compromiso de pareja de manera saludable?
- Ante la adversidad apoyarnos en el otro. Compartir con la pareja como nos encontramos y como nos sentimos ayuda a fortalecer el vínculo. Para ello es necesario escuchar de manera activa, ser empáticos, no juzgar lo que nos cuenta. En ocasiones la mayor ayuda es solo una buena escucha.
- 2. Las discusiones y los conflictos son inevitables, pero estar atentos a no quedarse estancados en esta fase sino intentar superar la crisis para mantener intacto el compromiso. No olviden que las crisis de parejas son una oportunidad de transformación y de refuerzo del vínculo.
- 3. Abrazar la individualidad de la otra persona, es decir, aceptar a la persona tal y como es y no como alguien que debe pensar y actuar igual que tú.
- 4. Hacer uso de la honestidad y ser auténticos en la relación es fundamental.
- 5. Equidad en el compromiso. Decisiones, compromiso y ofrecimiento deben darse de manera reciproca, valorando lo que cada uno hace por el otro.
En conclusión y como resumen me quedo con esta cita de Antoine de Saint-Exupéry (autor del cuento infantil El Principito).
“Amar no es mirarse el uno al otro sino más bien mirar ambos en la misma dirección”,
