Consiste en sesiones donde acuden todos los miembros de la familia nuclear y/o convivencia (padres, hijos y/o abuelos u otras figuras de referencia que conviven en el hogar si la hubiera), se recogen los problemas que encuentran cada uno de los miembros en la familia y se traza un plan con objetivos para encontrar nuevas formas de funcionamiento sano y resolución de conflictos, con el fin de fortalecer la relación o facilitar una convivencia saludable.

En ocasiones tenemos cita solo con lo/as progenitore/as y/o tutore/as, para orientar y dar pautas educativas.

Cuando hay un/a menor que presenta síntomas, Cuando, hay uno o varios miembros de la familia con dificultades a nivel emocional o la dinámica familiar es dañina, cuando hay dificultades en la comunicación, crisis puntual (muerte, enfermedad, infidelidad, celos, separación de la pareja, cambio domicilio), adolescencia y conductas disruptivas, abuso y violencia, dificultades en los planes de futuro, etc.

Ayuda a tomar conciencia de la responsabilidad y necesidad de un cambio en la dinámica familiar.
Aumenta la capacidad de la familia de detectar las necesidades y dificultades de lo/as menores
Facilita una vinculación emocional saludable a través de vínculos de apego seguro (abordar la sobreprotección, estilos educativos coercitivos o pasivos…)
Potencia habilidades parentales y de crianza apropiadas, apoyando el ejercicio de un rol parental saludable para el sistema familiar
Ofrece nuevos modelos de relación
Disminuye el nivel de hostilidad, agresividad y/o violencia implícito y explícito
Mejora la comunicación
Permite comprender límites claros entre los miembros y ajustar roles familiares
Facilita ajustar las expectativas de cada miembro de la familia de cada miembro y de su familia
Aumenta la capacidad de detectar y expresar necesidades en uno mismo y en los demás
Facilitar vínculos de confianza: facilita actuaciones desde un clima familiar de respeto
Disminuye el nivel de estrés familiar

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